Un prejuicio es una opinión preconcebida, generalmente negativa, contra algo o contra alguien. Suele implicar sentimientos de desvalorización hacia la diferencia que, demasiado a menudo, se traduce en desprecio hacia un grupo concreto de personas. Los prejuicios se aprenden. Durante la infancia, comenzamos a conformar las propias opiniones en base a lo que nuestra familia y la sociedad piensan de las realidades que nos rodean. Cuando la información que se nos transmite es insuficiente, errónea o distorsionada, es más fácil que enraíce el prejuicio. Los prejuicios habitualmente van de la mano de la generalización. Nuestros prejuicios sobre una persona concreta, de un colectivo específico, suelen hacernos extender la opinión desfavorable al resto del grupo.

Opiniones preconcebidas, limitaciones reales

Lamentablemente, el mundo de la discapacidad no es ajeno a los prejuicios. Por el contrario, es uno de los ámbitos donde más extendidos están. Es frecuente encontrar a personas que vinculan discapacidad con enfermedad o con infelicidad, con falta de autonomía e independencia en el 100% de los casos. Y esto también puede conllevar un menor rendimiento profesional o académico. La realidad es bien distinta, por mucho que los prejuicios nos hagan generalizar. La integración de las personas con discapacidad está aún lejos de ser una realidad. Pero, lo cierto, es que en este objetivo tienen que ver mucho los prejuicios y generalizaciones a los que han de enfrentarse cada día. Los prejuicios constituyen barreras sociales para la integración, pero también se transforman en límites personales. No hay autoestima que resista el bombardeo de falsas creencias en torno a sus capacidades. Por ello es tan importante conocer los prejuicios sobre la discapacidad, contrastarlos con la realidad para posteriormente desmontarlos y ser capaces de valorar a las personas conociéndolas de manera individual, sin establecer limitaciones previas, casi siempre infundadas.

En Ceesur Integración no hay prejuicios, todos somos especiales

En Ceesur INTEGRACIÓN estamos lamentablemente acostumbrados a ver lo que los prejuicios limitan a las personas. Por ello trabajamos a diario con nuestros trabajadores cuestiones como la normalización de la diferencia (todos somos diferentes, todos somos especiales) y el empoderamiento (tus prejuicios son mis únicos límites). Porque la realidad y el conocimiento de la discapacidad que nos ha proporcionado la experiencia de años trabajando con el colectivo nos ha enseñado que, muchas veces, los prejuicios son los principales obstáculos que deben franquear las personas con discapacidad para su plena integración en todos los ámbitos de la vida. Trabajamos por y para que nuestro equipo humano consiga superar esos obstáculos y también para que la sociedad sea consciente de que muchas veces las limitaciones de los demás comienzan en nuestras opiniones y actitudes hacia ellos y ellas.